jueves, 13 de febrero de 2014

El Hospital deja de programar pruebas de Cardiología por falta de personal

El jefe de la unidad clínica tomó la decisión ante la ausencia de una respuesta «coherente» a sus demandas de contrataciones
EL máximo responsable de la atención a los pacientes de Cardiología del Hospital Universitario Reina Sofía, el doctor José Suárez de Lezo Cruz-Conde, decidió dejar de programar citas para una prueba diagnóstica a pacientes ante la falta de respuesta de la dirección del centro sanitario a sus continuas demandas de que era necesario contratar personal que se hiciera cargo de unos test de relevancia para determinadas dolencias del corazón.
La prueba se llama Holter y la determinación está fechada el pasado 29 de enero de este año. En el escrito, breve pero contundente con forma de «nota de circulación interior», el cardiólogo comunica al subdirector médico del complejo Mariano Ledesma que las cosas habían llegado en el departamento a una situación tal que no cabía sino suspender la agenda, la realización de pruebas programadas nuevas para los enfermos a los que se les prescriben este tipo de técnica de cara a obtener un diagnóstico.
Las fuentes consultadas aseguran que este caso es de relevancia pero, muy probablemente, no sea el único ante los recortes propios que realiza el Servicio Andaluz de Salud (SAS). La nota interior del jefe de Cardiología, que aparece reproducida en estas páginas, asegura que la decisión se adopta a raíz de la decisión de la Subdirección de Enfermería de no reponer «alguna de las bajas de personal» en el Laboratorio de Técnicas no Invasivas en el Servicio de Cardiología del hospital de referencia de la provincia de Córdoba.
El personal de enfermería del laboratorio, explica el documento, ha sufrido en los últimos meses una merma considerable de efectivos —más de la mitad, dice el doctor Suárez de Lezo— por cuestiones relativas a la propia dinámica laboral o a los recortes. El responsable del servicio alude a jubilaciones no repuestas, a bajas laborales en el laboratorio y contrataciones reducidas, se entiende, en lo que respecta a la jornada.
Ello, dice la nota interior, «no ha repercutido» en los resultados del servicio. Y ello ha sido así, asegura, en todas y cada una de las técnicas diagnósticas que se llevan a cabo en esta parte de la ciudad sanitaria. En números, afirma la carta, se ha producido un incremento progresivo de la demanda asistencial. La clave de todo ha sido el esfuerzo del personal de enfermería que es que el realiza los trabajos concretos de estas pruebas diagnósticas. El doctor Suárez de Lezo realiza una primera apostilla crítica sobre la situación: «Resulta claro que ello es posible, solamente, con el esfuerzo de suplencia que entre todo el personal se ha generado siempre, lo cual puede tener un límite aunque no se lo parezca a la Subdirección de Enfermería», asegura el texto.
El segundo planteamiento que realiza el responsable médico de Cardiología tiene que ver con el tipo de tecnología disponible para las pruebas Holter. Suárez de Lezo habla directamente de que existe «carestía» de este tipo de aparatos. Cuenta en la nota de circulación interior que el Reina Sofía tiene seis de estas unidades que califica como «aparatos viejos». De hecho, asegura que «raro es el día que no se averían». Con estos componentes, se tiene que trabajar tanto con los pacientes ingresados en el hospital como aquellos que, de forma ambulatoria, se realizan las pruebas como consecuencia de una visita al especialista. Hay que tener en cuenta que un registro Holter es una prueba larga, que puede durar todo un día o más. Las empresas especializadas lo venden, según sus tarifas, a partir de 3.000 euros con las variaciones lógicas en función de sus especificaciones.
El jefe de Cardiología ofrece un dato en su escrito bastante relevante. La lista de espera acumulada a la fecha de la firma de la carta —recuérdese, el pasado 29 de enero— asciende a un año. Los expertos consultados aseguran que no es una prueba del otro mundo y que se realiza de forma ambulatoria. En el momento en el que se hizo la nota interior, una enfermera dedicaba toda su jornada laboral a controlar el resultado de los registradores cardiovasculares.
El documento interno realiza una advertencia. O hay una persona que esté dedicada solamente al trabajo con estos pacientes, o no es posible responder a la demanda existente de los pacientes que necesitan de este tipo de pruebas diagnósticas. La única manera viable, dice el informe de Cardiología, es restar plantilla de pruebas, también necesarias, para los enfermos y que ya andan sobrecargadas. Se trata de los ecocardiogramas y la electrocardiografía basal y de esfuerzo.
El documento llega a la conclusión de que es preciso suspender «la agenda Holter», al menos, hasta que la política de contrataciones sea otra por parte de la Dirección de Enfermería y Recursos Humanos «que, de verdad, responda a la entrega profesional que tanto alabó nuestro gerente saliente». El comentario alude a la marcha de José Manuel Aranda a la gerencia del Servicio Andaluz de Salud (SAS) tras la dimisión de su antecesor en pleno pico asistencial de la gripe, José Luis Gutiérrez. Con posterioridad a ello, la Consejería de Salud decidió que Marina Álvarez Benito se hiciese cargo de la Dirección Gerencia del Hospital Universitario Reina Sofía tras 20 años como responsable de diagnósticos del cáncer de mama.
La dirección del hospital dijo ayer, a preguntas de este periódico, que no le consta ni el contenido del escrito —dirigido a uno de los subdirectores médicos— ni que exista un problema asistencial. ABC intentó sin éxito que el responsable de Cardiología del hospital respondiese unas preguntas.
Hay recortes de personal, pero no, para el complemento de productividad de los directivos del Hospital.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario