viernes, 29 de junio de 2012

Las verdades del barquero

¿Por qué en lugar de recortar camas en el Reina Sofía no suprimen los complementos de los jefes, jefecillos y correveidiles?

Cada vez que alguien me plantea un dilema a cara o cruz, ¡y ahí va el primero! - ya saben, la bolsa o la vida, la Bolsa o el FMI, entre la espada y la pared, cuando todos sabemos que detrás ya no hay pared, sino un abismo muy profundo- suelo amostazarme y sospechar que, en realidad, la elección no va a depender de mí, y que probablemente habría otras muchas soluciones además de las que nos imponen en el limitadísimo trágala.
Viene esto a cuento por la excusa que la Junt’Andalucía ha dado para justificar el tijeretazo que nos van a pegar en todos los servicios públicos que conforman el estado de bienestar (por ejemplo, este verano casi no habrá camas en los hospitales cordobeses), así como la enésima vuelta de tuerca perpetrada sobre el tumefacto cuerpo de los funcionarios. Argumentan los gerifaltes del PSOE -bendecidos por IU, que ya son co-gobierno- que tales recortes y bajadas de sueldo vienen impuestos por el gobierno de Rajoy. Mentira. El Consejo de Política Fiscal y Financiera sólo planteó la necesidad de bajar el espectacular déficit de Andalucía. Pero no dijo cómo había que hacerlo. Dejó libertad a la Junta. Y ya vemos cómo ha obrado: liquidando al débil. Porque hilando la primera mentira, llegamos a la segunda. Dicen que se trataba de recortar salarios o despedir a no se cuántos miles de empleados públicos. Mentira sobre mentira. No hay que despedir a ningún funcionario de carrera, a nadie que haya aprobado su oposición. Lo que tendrían que hacer es desmontar esa administración paralela conformada por miles de enchufados, ese magma viscoso de corrupción y clientelismo que el PSOE ha tejido durante 30 años, y que -bien es cierto- les ha servido para retener el poder. ¿Por qué en lugar de recortar camas en el Reina Sofía o sueldos a las enfermeras no recortan, o suprimen, los espectaculares complementos y retribuciones a los jefes, jefecillos y correveidiles de cada distrito sanitario, todos ellos comisarios políticos? ¡Ay, bendita ingenuidad de pregunta? ¿Y entonces, cómo retienen el poder?
Mentiras y más mentiras proferidas con la desvergüenza que da la impunidad, y el hecho de saber que tienen cogido al pueblo por dónde más duele. Que es la cuenta corriente, no sean mal pensados. Estamos tan acostumbrados a la narcotizante mentira política que, cuando alguien dice lo que piensa, tenemos aldabonazo y escandalera. Me refiero al Defensor del Pueblo. En sede parlamentaria les gritó a los políticos lo hartos que estamos de ellos y de sus peleas de opereta, mientras la vida se nos va amargando. Otra cosa es que a los presentes les importara algo la opinión del señor Chamizo y del pueblo al que defiende. Eso daría para otro artículo. Más amargo. Pero consuela escuchar entre tanta mentira, al menos una verdad. La límpida, pura y cristalina verdad del barquero.
FRANCISCO JOSÉ JURADO cordoba.abc.es

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